viernes, 22 de enero de 2010

PRONTO HABRÁ NOVEDADES

Conciente de haber abandonado este blog durante un tiempo, anoticio que pronto habrá novedades.
Saludos a todos!

jueves, 5 de noviembre de 2009

Era fan de Los Parchís (busco grupo de ayuda)

Yo crecí en la década del 80.
Pero no me acuerdo ni del Pumper Nic, ni del Ital Park, ni de los cines de Lavalle. Me acuerdo de los domingos helados de agosto, a las 7 de la tarde, con el televisor clavado en el único canal que había, retrasmitiendo Badía & Cia. escuchando a Baglieto, u Opus 4, o Silvina Garré, mientras a mis espaldas se oía el rechinar que hacía la tabla de planchar mientras mi vieja planchaba mi guardapolvo listo para el lunes a la mañana... Depresión, angustia, tedio, embole: esas cuatro palabras bastarían para 'pintar' mis domingos de infancia.
Y es que yo no crecí en una ciudad con cines ni con parques de diversiones, ni con teatros, ni siquiera crecí en una ciudad con ascensores. Crecí en Rawson, Chubut.
¿Conocen?
Para los que no conocen, cómo explicarles como es Rawson? ...A ver... Patagonia... Imaginen un bosque! Un bosque frondoso, enorme, milenario... pero sin ningún árbol.
La Patagonia es un lugar donde sobran ballenas y faltan japoneses.

Yo pasé gran parte de mi infancia sentado frente a un televisor (un televisor encendido... soy del sur, no soy opa)
Veía Carozo y Narizota (antes de Crónica). No me acuerdo bien de qué la iba ese programa...lo único que tengo presente es el trauma que ese par de muppets del subdesarrollo dejaron en mi psique, porque a pesar de las decenas de cartitas que les mandé, nunca fueron a tomar la merienda a mi casa!
Era fan de Los Parchís ...(todavía estoy buscando un grupo de recuperación para eso...) Me acuerdo que estaban Tino, enterito con sus dos bracitos bien puestos; estaba Frank y David, uno rubio el otro colorado (nunca supe cual era cual), estaba Yolanda, la pibita bonita de pelo largo... y estaba Gemma... Pelo corto... Overol... no sé, para mi era como un... como un esconsito. Porque era demasiado chica para ser 'torta'

miércoles, 4 de noviembre de 2009

O cumplís años o te morís

Tengo una teoría que quiero compartir, basada en experiencia propia y en especulaciones varias:
Cuando cumplís veinte años empezás a deprimirte por la edad. Te deprimís porque ya no tenés 'diecipico'-dieciseis, diecisiete, dieciocho...- No, no, no, no; ya tenés VEINTE. A los VEINTE es hora que la cortes con la boludez y la pajería de la edad del pavo.
Yo me acuerdo que a los veinte empecé a laburar, y eso de conseguir un laburo, seguir estudiando y pretender tener una vida propia fue todo un tema. Me dormía en el aula, me llevaba los apuntes al boliche, me ponía en pedo en el laburo...(así me fue...)
A los TREINTA te das cuenta que vas a seguir siendo toda la vida la misma cagada de persona que sos a esa edad. El que te gusta, que no te gusta ya pasó. Los grises se definen en blancos o negros. Ya tenés tu propio color. Y si a los TREINTA seguís boludeando con una pretendida 'adolescencia tardía', no es porque adolescés de nada, es porque sos un boludo.
A los CUARENTA cagaste. Lo que no hiciste a los cuarente, no lo hacés nunca. Eso de que 'la vida empieza a los cuarenta' no existe. ¿O qué? Vas a decir 'quiero ser bailarina clásica... Me voy a la escuela de danza del Colón', no, no es cierto? Podrás hacer otras cosas, la cirugía estética, colagenearte, vestirte como una pendeja. Pero eso no es empesar a vivir. Eso es ser una vieja no asumida.
A los CINCUENTA... medio siglo. Más años de los que viviste no vas a vivir. Empezás a planear que vas a hacer cuando te jubiles. ¿Y qué hacés cuando te jubilás? Te deprimís porque sos un viejo jubilado. Además, qué vas a hacer con lo que te pagan de jubilación? ¿Qué vas a hacer? ¡Anoréxico!

martes, 3 de noviembre de 2009

Inmobiliaria TEGARCO

Odio el verso de las inmobiliarias. Vos vas a querer alquilar algo (supongamos que formás parte del reducido grupo de privilegiados que aun puede pagar un alquiler) pero vos vas a alquilar y los de las inmobiliarias te salen con cada speach que te dan ganas de hacerles un examen rectal con una espada en llamas.
El año pasado estaba buscando un departamento y fui a ver uno a Plaza Italia y el tipo de la inmobiliaria, como justificando la fortuna que pedían por una tapera de 30 Mts2 y al ver mi cara de asco por la pocilga esa, me larga muy suelto de cuerpo: “¡Y lo que pasa es que desde acá vas a todos lados!”
¡Yo a todos lados no voy a ir! ¿Para qué quiero ir a ‘todos lados’?
Encima tenía esos inodoros con el sistema de mochila... Yo pregunto: ¿Quién fue el hijo de puta que inventó el sistema de mochila para los inodoros? ¡Son una mierda, y nunca mejor dicho! Los de antes eran buenísimos, los que tenían el depósito de agua colgado allá arriba, tirabas la cadena y caía una catarata que arrasaba con todo. Estos de ahora, con la palanquita esa que apretás y empieza a caer el agua como si fuera una fuente de feng-shui. ¡Y vos estás ahí mirando como todo queda en el mismo lugar! O peor. Queda atascado a mitad de camino y terminás luchando con la sopapa, revolviendo con la escobilla, tirando litros y litros de agua con un balde. ¡Todo empapado y salpicado de mierda!.
Odio el verso de las inmobiliarias cuando te dicen, por ejemplo: “la cocina fue reciclada recientemente” (si, porque hace seis meses le cambiaron el cuerito a la canilla de agua caliente), “es muy luminoso” (de noche, cuando se prende el farol de la calle que ilumina justo donde va la cama) “y por la esquina pasa el 78 que va a Loma Hermosa” ¿Para qué quiero ir yo a Loma Hermosa? ¿No conozco a nadie que viva en Loma Hermosa! ¡No estudio ni trabajo en Loma Hermosa! ¡¡¡Ni cerca de Loma Hermosa!!!
Será muy hermosa la Loma, pero el colectivo 78 no es argumento suficiente para que firme un contrato de alquiler.

viernes, 30 de octubre de 2009

Soy hijo único

Soy hijo único. De padre y madre. Aclaro esto porque hoy en día esta muy de moda eso de andar armando familias ensambladas (tipo Rasti) donde se juntan los tuyos, los míos y los nuestros. Yo tengo un amigo que de la pareja de su mamá y su papá es el único hijo, pero tiene un medio hermano de parte de su mamá y dos medios hermanos de parte de su papá... O sea que tiene un hermano y medio.
Como les decía, soy hijo único. Bah, eso por lo menos es lo que me hicieron creer, pero por las dudas cuando daban Gente Que Busca Gente, yo estaba muy atento a ver si Franco Bagnato no presentaba a algún guacho entenado con el que tuviera que repartir la herencia. Yo me decía “hace 30 años que vengo haciendo el laburo fino de quedarme con todo, no va a aparecer ningún guacho a cagarme la fruta”. Lo suicidaba. (Lo suicidaba y lo mantenía criogénicamente por las dudas en unos años no vaya a necesitar un riñón de repuesto)
Sin embargo ser hijo único tiene varias desventajas. Para empezar sos el único pendejo que anda por la casa, por lo tanto descubrir quién hizo mierda las macetas a pelotazos es más fácil que descubrir quién es el asesino en un capítulo de Columbo. ¿Se acuerdan de Columbo? En los primeros 10 minutos ya sabías quién era el asesino, y te pasabas el resto de la hora tratando de adivinar cuál era el ojo de vidrio. Por eso yo prefería “La Reportera Del Crimen”. Jesica Fletcher, era una escritora de novelas policiales -una especie de Agatha Christy- que dedicaba su tiempo libre a resolver crímenes misteriosos. Donde andaba ella había un asesinato. (La verdad que era yeta la vieja esa).
Pero bueno, reculando a lo que les contaba, ser hijo único supone algunas desventajas, a saber:
No tenés hermano mayor que cague a patadas a Mariano García, el hijo de puta de 7mo grado que cuando yo estaba en 4to me sacaba los chicles jirafa y los super bazooca que compraba en los recreos (pensar que ahora con un super bazooca hacen un paqueta de beldent, y dos de top line)
No tenés hermano mellizo que se haga pasar por vos en la mesa de examen de contabilidad. Así no tenés que pasar todo febrero y marzo “Debe-Haber”, “Debe-Haber” Nunca entendí eso. ¡Tiene que haber! ¿Cómo debe haber? (si vas a tener hijos mellizos, más vale que sean lindo…porque, te imaginás tener un hijo feo, por dos?)
Y tampoco tenés un hermano menor a quién poder cagar a patadas a discreción y echarle la culpa de quién borró el caset de Los Chalchaleros para grabar un compilado de Vilma Palma, Yasimel y The Sacados
Además al ser hijo único no tenés a quién encajarle tus viejos cuando empiezan a cagarse encima. Yo igual lo tengo recontra blanqueado en casa, mis viejos ya lo saben: Se enferman-Se mueren. Nada de agonías largas y tratamientos costosos. Al nicho de una.
Claro, al ser de una familia poco numerosa no tengo un “árbol genealógico”…tengo un palo.
Sin embargo hay algunas ramas muy frondosas, un hermano de mi papá tiene 10 hijos… y una hermana de mi mamá tuvo 11hijos… mis viejos me tuvieron a mí y por alguna razón decidieron no volver a repetir la experiencia… no se por qué será…

¿Qué me pongo? no. ¿QUÉ ME ENTRA?

Estoy en el box de atención al público escribiendo las que son las primeras líneas de este blog que no sé sobre qué tópicos disertará. (“¿¡qué trópico de lo qué!?”)
Ya pasaron las dos de la tarde y, se supone, no tendría que venir nadie –la atención al público es de 8 a 14, ¡Carajo-mierda!- Ya archivé todo lo que tenía sobre el escritorio y pasé la novedades del día a quien corresponda. Todo hecho con el único propósito de que no me rompan las bolas y poder tener unos minutos libres y poder escribir antes de que me tenga que ir.
Trabajo en una oficina pública, sin ventilación, sin luz natural, sin insumos, sin ganas.
Lo primero que tengo para contar de mí es que crecí durante la década del ’80, y la verdad que lo mejor de la década del 80 es la música –aguante ASPEN-, y lo peor de la década del 80... (mmmh) ¡La ropa! ¡Qué moda espantosa! Jeans nevados, pantalones blancos, mocasines con flecos, corbatas tejidas, camperas inflables, sacos con hombreras, camisas color pastel. ¡Que horror, por Dios!
Aunque debo decir que para mí el problema nunca fue el decir ‘¿qué me pongo?’, sino más bien el ‘¿qué me entra?’
Siempre me vestí de negro, confiando en el dicho popular que dice “El negro adelgaza”. (“¿qué me adelgaza? ¿Qué me adelgaza?” preguntaba Pinti, “¡No comer!” le dijeron sus amigos… lo cagaron, y a mí también.)
Lo que pasa es que yo, debo confesarlo ante todos ustedes, yo soy bulímico… Lo que pasa es que no me purgo ni vomito.
¿Viste que hay gente que cuando está nerviosa toma un té de tilo? Bueno, yo me tomo el té de tilo... con media docena de facturas.
Ahora que lo pienso, creo que tendría que tratar este tema del sobrepeso con mi analista. A ver si la terapia ayuda a mi fuerza de voluntad y de ese modo poder bajar de peso...
Es lo UNICO que me falta probar, (además de la dieta y el ejercicio)